La finalidad de la marcha no debió gustar a las autoridades políticas y la Junta Electoral decidió prohibirla para lo cual, enviaron a una dotación de antidisturbios a la salida de la marcha en Casa de Campo. De nuevo se puso de manifiesto la calidad de nuestra democracia que no permite la participación ciudadana más allá de depositar un voto cada cuatro años y que llega a prohibir hasta que un grupo de personas decida caminar por la noche por el campo.
Superados estos contratiempos, la marcha nocturna salió de Colonia Jardín y tras recorrer las vaguadas de los arroyos Meaques, Valchico, Butarque y Luche y atravesar por vías pecuarias los sitios naturales de Alcorcón Venta la Rubia y Las Presillas, se llegó sobre las 6 de la mañana al Pinar de San José en el PAU de Carabanchel.
De esta forma lúdica los ecologistas pretendieron llamar a la reflexión sobre la pérdida irreversible y los problemas ambientales que la urbanización de estas zonas provocaría, apostando por su protección, repoblación y rehabilitación como la memoria de la revisión de 1999 del Plan General de Ordenación Urbana de Alcorcón de 1987 proponía y que ahora se pretende revisar bajo la fórmula inadecuada de una supuesta subsanación de errores que no es tal, según puso de manifiesto Ecologistas en Acción en las últimas alegaciones que ha presentado al desarrollo del “Distrito Norte”.
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